Un choque cultural es el impacto que vive una persona cuando decide cambiar su lugar de residencia definitiva, temporal o por turismo hacia un entorno totalmente diferente, desde el ambiente geográfico hasta el cultural. A esto también se le conoce como ajuste o adaptación cultural.
Pueden existir barreras como un nuevo idioma, miedo a lo desconocido, nuevas tecnologías, nostalgia, una sobrecarga de información que puede derivar en el agotamiento mental y físico de la persona.
Para este tipo de situaciones no existe un mecanismo de prevención del choque cultural que garantice que saldremos ilesos, ya que las variables son muchas y afectan de formas diferentes a cada ser humano.
A continuación, te ofreceremos información de cada etapa que se vive en este proceso, para sean tomadas en cuenta y tratar de minimizar el impacto y las consecuencias.
Primera etapa
Se le conoce como la luna de miel. Es cuando la emoción por conocer un nuevo lugar nos invade y nos llena de grandes expectativas.
La persona se siente entusiasmada por lo que conlleva el viaje a este nuevo lugar, lleno de cosas diferentes que aportan esa característica de lo desconocido.
Ocurre en los turistas que visitan un nuevo destino por primera vez. Se llenan de euforia por adentrarse en un mundo nuevo para explotar al máximo su curiosidad.
Segunda etapa
Es conocida como el choque cultural en sí. Aparece la ansiedad, miedo y en algunos casos severos cuadros depresivos. Puede existir frustración por el desconocimiento de las nuevas reglas y formas de hacer las cosas.
Aparece la irritabilidad ante sucesos que son anormales para la persona pero totalmente normales en el nuevo entorno como la falta de algún producto o hasta la inexistencia de conectividad a través de móviles o internet.
Esto desencadena un descontrol en la persona como falta de sueño o apetito, que si no son abordados de la manera adecuada, puede finalizar en enfermedades de consideración.
Tercera etapa
En la tercera etapa del choque cultural, es donde se comienza con el proceso de aceptación e integración a la nueva realidad. Cambia la manera en la que persona ve el nuevo mundo a su alrededor y empieza a cambiar su estado de ánimo.
La persona empieza a presentar mayor empatía con la cultura y costumbres, empieza el entendimiento de las reglas y el estudio de los valores que rigen su nuevo espacio.
La sensación de soledad desaparece para dar paso a una conformidad y tranquilidad que empieza a volverse parte de la rutina, incluso llega al punto de que se prefieren los nuevos aspectos por sobre la vieja forma de vida.
Cuarta etapa
Es la última etapa del proceso de choque cultural, lo nuevo deja de serlo para convertirse en lo habitual, en lo cotidiano. La persona empieza a sentir este nuevo ambiente como su hogar de toda la vida. El tema cultural es comprendido de una mejor manera y hasta se integra con total facilidad en el quehacer diario.
No existe una característica específica que pueda determinar que esta nueva realidad nos afecte negativamente, la persona asume este como su nuevo hogar, por ende trabaja en función de ello.
La humildad y el pensamiento positivo en todo momento, son las únicas herramientas que pueden garantizar que el impacto del choque cultural sea menos fuerte. Depende de la forma de ver las cosas de cada uno, cómo terminará afectando en la personalidad.